El artista Gustavo Aranguren influenciado por su profesión de arquitecto, en la producción de las obras, si bien esta explicito el lenguaje de la pintura, se manifiesta a través de una lógica constructiva: “más que pintar un cuadro lo construye”. En esta tarea confluyen dos componentes esenciales, por un lado el intelecto en tanto a la razón y lo simbólico en tanto al sentimiento. Esta combinación de componentes se encuentra contenida y organizada bajo el imperio de una herramienta, muy propia de la profesión, que es la geometría. Dicha geometría tiene su máxima expresión en la obra a través de una estructura modular espacial, que forma una trama, la cual contiene todos los elementos que participan en el cuadro, desde la volumetría, lo simbólico, hasta el color.
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