Es un génesis que refleja una coreografía de múltiples voces emergentes: un relato sobre el drama de la
sexualidad, la melancolía, lo efímero, lo frágil y de la femineidad en el arduo viraje niña-mujer.
Fascinada por la transformación y la permeabilidad de las fronteras aparentemente fijas, Lucila Baudrix evoca metafóricamente en sus fotografías el momento precario entre la niñez/adolescencia y la edad adulta, construyendo enigmas que atrapan miradas.
Usando la sociología y la antropología del arte como modo de acercamiento, la artista activa las memorias en una instancia lúdica, mientras congelada en un tiempo indeterminado, en ese presente continuo que tanto busca capturar con la cámara, la conciencia del cuerpo femenino y la importancia de la representación, dominada por los límites de la espacialidad y el tiempo que nos toca vivir.
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