Comienza un viaje, que es la vida. Quiero plasmar lo
intangible de lo creado. Donde:
El tiempo es un aleteo incesante, que trato de detener.
El viento sopla y me susurra sobre la fragilidad.
En la brisa suave brota la esperanza.
Entonces viajo hasta mi verdadero hogar,
donde no existe fin para habitar.
Mi traje es emplumado, negro como la noche.
Mi refugio, la sombra del ciprés,
que se alzan como columnas en el llano.
Encuentro caminos que son laberintos,
donde el peregrinar es al ritmo que late el corazón.
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