La exhibición, que estará en sala desde el 19 de agosto y hasta el 1 de octubre, exhibe una cuidada selección de obras que cautiva por la dualidad al explicar los mundos opuestos entre la inocencia y el juego y las realidades que se debieron afrontar en tiempos de aislamiento causa de la pandemia covid-19.
Las fotografías exhibidas capturan, por un lado, los momentos entrañables de la niñez, instantes de aventuras, juegos, risas detenidas a través del lente de María de la Paz. Por otro lado, aborda con sensibilidad las situaciones de aislamiento, momentos íntimos, ambiguas escenas de encierro, desconcierto y misterio en su departamento de un barrio porteño y la complejidad emocional de estar atrapados en un mundo conocido pero limitado.
Ambas series proponen reflexionar sobre la dualidad de la infancia en tiempos de cambio y desafío. “Me pregunto qué recordarán mis hijos cuando evoquen las largas horas fuera del tiempo, fuera de sus rutinas, en ese espacio intermedio, con sus leyes, sus rituales, su ensueño. En el largo camino entre mi infancia y la de ellos tejo en imágenes un puente entre mis recuerdos y su presente, lo real y lo imaginario en un escenario donde lo familiar se vuelve extraño”, comenta la artista.
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